FUERA DE SERIE by EXPANSIÓN

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2017 EXPANSIÓN

FUERA DE SERIE magazine

textos Ana Ramírez

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Diseño al natural

Dormir en la naturaleza con las comodidades de un hotel es el último lujo. Las habitaciones modulares del estudio barcelonés In-Tenta revolucionan el «gampling».

Cuánto espacio se necesita para ser feliz. Esta microsuite invita a la reflexión mediante la paradoja: con el mínimo ofrece el máximo, todo lo que alcance su vista. El diseño Drop Box es un paso más en la experimentación espacial de In-tenta, estudio radicado en Barcelona desde 2012. Ellos lo enmarcan dentro de la tendencia de microarquitectura modular: formatos no invasivos, de bajo impacto, transportables, soluciones alternativas al estándar hotelero que se embeben en el paisaje. «Cada vez se demanda más vivir experiencias en la naturaleza», explica la arquitecta Marta Gordillo, 50% del estudio junto a Manel Duró.

En efecto, el nuevo lujo es experiencial, como certifica el último Luxury Barometer 2016, con el segmento turístico tirando del carro y nuevas tendencias como el glamping. En esa intersección define sus contornos esta suite que desafía el concepto de habitación doble/noche. «Lo vemos como un producto para el sector hotelero, que se puede instalar dentro de un complejo, en un resort, en ubicaciones naturales… Hemos tenido una avalancha de solicitudes, gran parte provienen de Estados Unidos y Canadá, donde hay más aceptación, y algunos son de particulares aunque ese no es el objetivo. Está pensado para empresarios hoteleros que quieran ampliar su oferta», aclara la arquitecta.

El módulo de líneas rectas simplifica a sus predecesores (Pod, XL…) de formas curvas. «Con el primero, de silueta orgánica, nos presentamos a un concurso de microarquitectura que ganamos, pero el coste era elevado. Drop Box es una alternativa más dentro de la misma familia, una evolución, y las formas regulares hacen que el coste sea inferior», según Gordillo, que lo cifra en un precio de partida de 30.000 euros que incluye la construcción más los elementos fijos interiores, es decir, el baño equipado incluyendo el mueble del lavamanos y el armario, más la gran puerta corredera que lo separa de la zona de descanso. «La idea es ofrecer un espacio acogedor, cálido y mínimo, porque sería incongruente ocupar muchísimos metros».

Para la pernocta de dos viajeros de sobra alcanzan los 28 metros cuadrados del módulo base distribuidos en porche, habitación y salón; proponen otra ligeramente mayor, 32 metros, con capacidad para cuatro personas, en ambos casos con ducha panorámica acristalada. «Se abren completamente para comunicar con el exterior, estás dentro pero estás fuera, se elimina la barrera», apunta Gordillo. Todo está medido para que sea posible el transporte por carretera del módulo que se ensambla in situ en dos o tres días; en función del terreno se decide si es necesario hacer solera, unos pequeños pilares para recibir la construcción o unos cimientos portátiles que facilitarían su traslado llegado el caso.

La propuesta estética de Drop Box es dual: se oferta con exterior de madera (la reina de este tipo de proyectos respetuosos) o un composite de cemento-madera con un aire más arquitectónico y cero mantenimiento que favorece la continuidad visual en determinados entornos, siempre con un aislamiento de 10 centímetros dentro de la estructura. Respecto al interior, prima lo confortable y el equilibrio, con un aire de cabaña deluxe y cierto toque ¿nórdico? «Puede ser, sí, hemos viajado muchas veces a Finlandia y nos fascinan las cabañas de allí», ríe Gordillo.

FUERA DE SERIE magazine n. 621 by diario EXPANSIÓN
Mayo 2017
textos Ana Ramírez